Tiempo
Había una vez un vendedor de relojes de pulsera que descubrió que podía vender relojes a la gente de la ciudad, que sabía qué era el tiempo, y sin embargo con los campesinos era más difícil. Un día, en el campo, se encontró con un hombre que estaba cortando leña. Se hizo la promesa de que lograría que el campesino entendiese el valor de un cronómetro. De modo que dijo:
-¿Qué hora es?
El viejo campesino miró hacia la pila de madera y respondió:
-Faltan veinte leños para la comida del mediodía.