Sentimientos compartidos
Un hombre se sentó en su habitación, pensando para sí mismo, cuando se dijo en voz alta:
-Soy lo que puedo hacer de mí. ¡Qué desafío! ¡Qué oportunidad!
Un pedazo de papel arrugado, tirado en el rincón, lo escuchó y se dijo a sí mismo:
-Qué bueno es saber que mis propios sentimientos son compartidos por otros. ¡Esta es, en verdad, una situación inspiradora!