Sentido de la vida

Tres personas que viajaban en una pequeña caravana, vieron a un hombre que contemplaba el atardecer en el desierto del Sahara desde lo alto de una duna.
-Debe ser un pastor que ha perdido una oveja, e intenta ver dónde está – dijo el primero.
-No, no creo que esté buscando nada, y mucho menos a estas horas: durante la puesta del sol, la visibilidad es algo confusa. Yo creo que espera a un amigo.
-Estoy convencido que se trata de un hombre santo, y busca la iluminación – comentó el tercero.
Empezaron a comentar qué podía hacer allí aquel hombre, y tanto se enzarzaron en la discusión que casi llegaron a pelearse. Al final, para ver quién tenía razón, decidieron subir la duna y hablar con aquel hombre.

-¿Está buscando una oveja? – preguntó el primero.
-No, no tengo rebaño.
-Entonces, seguro que espera a alguien – afirmó el segundo.
-Soy un hombre solitario que vive en el desierto – respondió.
-Puesto que vive en el desierto, y solo, pensamos que es un santo que busca las señales de Dios, y está meditando – dijo, muy contento, el tercer hombre.
-¿Creéis que todo lo que sucede en la Tierra necesita una explicación? Pues os lo explicaré: he venido aquí para ver la puesta del sol. ¿Acaso esto no basta para dar un sentido a nuestra vida?

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