Pobre

Un día un pobre que vivía en la miseria y mendigaba de puerta en puerta, observó un carro de oro que entraba en el pueblo llevando a un rey sonriente y radiante. El pobre se dijo de inmediato…
-Se ha acabado mi sufrimiento, se ha terminado mi vida de pobre. Este rey de rostro dorado ha venido aquí por mí. Me cubriré con migajas de su riqueza y viviré tranquilo.
El rey, como si hubiera venido a ver al medigo, hizo detener el carroa su lado. El hombre, que se había postrado en el suelo, se levantó y miró al rey, convencido de que había llegado la hora de su suerte. Entonces, el rey extendió su mano hacia el pobre hombre y dijo:
-¿Qué tienes para darme?
El pobre muy desilusionado y sorprendido, no supo qué decir… ¿Es un juego lo que el rey me propone…?  ¿se burla de mí…? ¿ es un nuevo pesar ?
Entonces al ver la persistente sonrisa del rey, su luminosa mirada y su mano tendida, el pobre metió su mano en la alforja, que contenía unos puñados de arroz. Tomó un grano de arroz y se lo dio al rey que le dio las gracias y se fue enseguida llevado por unos caballos sorprendentemente rápidos.
Al final del día, al vaciarla alforja, el pobre encontró un grano de oro. y se puso a llorar diciendo:
-Por qué no le habré dado todo mi arroz

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