Pagar la deuda a un buey
Se cuenta del sabio Khwaja Yasavi de Bukhara, que a pesar de vivir en un convento, no aceptaba subsistir de las donaciones de los fieles, prefiriendo fabricar cucharas y cacharros de madera que mandaba al mercado en las alforjas de su buey.
El buey se paseaba por el mercado y la gente se servía de la alforja y luego pagaba poniendo el dinero en la misma alforja, por la noche el buey regresaba al convento donde Khwaja Yasavi se encontraba.
Resulta que cuando alguno dejaba de efectuar el pago, el buey lo seguía por doquier hasta que el «cliente» satisfacía su deuda.