Mirar correctamente

-No busquéis a Dios – dijo el Maestro – limitaos a mirar… y ¡todo os será revelado!
-Pero, ¿cómo hay que mirar?
-Siempre que miréis algo, tratad de ver lo que hay en ello, nada más.
Los discípulos quedaron perplejos, de modo que el Maestro lo puso más fácil:
-Por ejemplo, cuando miréis la Luna, tratad de ver la Luna y nada más.
-¿Y qué otra cosa que no sea la Luna puede uno ver cuando mira la Luna?
-Una persona hambrienta podría ver una bola de queso. Un enamorado, el rostro de su amada…

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