Miedo al vacío
Como consecuencia de la violentas guerras fraticidas, un rey perdió hasta el último de sus soldados. No le quedaron más que dos servidores. Un día, los bárbaros llegaron a las puertas de la ciudad con la intención de poner cerco a palacio. El rey ordenó entonces a sus servidores que abrieran todas las puertas y ventanas, y acto seguido se instaló en la galería a fin de ver llegar a los invasores. Mientras se abanicaba indolentemente, les vio avanzar hasta la escalinata del palacio. Su serenidad perturbó tanto a los bárbaros que pensaron que les esperaba una trampa en su interior y en vez de poner cerco a aquel lugar, el jefe reunió a sus hombres y tocó a retirada.
El rey dijo entonces:
-Ved, los bárbaros que son la plenitud, tienen miedo al vacío.