Manantial de la Vida Eterna
Una vez un hombre decidió dedicarse a la búsqueda del Manantial de la Vida Eterna.
-Beberé de él – dijo – y después compartiré el descubrimiento con toda la humanidad.
Tras muchos años encontró el Manantial . Bebió y bebió. Primero recobró la juventud, al seguir bebiendo se volvió cada vez más joven, hasta que se convirtió en un ruidoso bebé que yacía al lado del Manantial, pidiendo con sus sollozos beber aún más . Una mujer que pasaba cerca del niño, lo recogió y crió como propio. Y por esta razón fue incapaz de decirle a nadie dónde estaba el Manantial de la Vida Eterna.