Las manos vacías

Kharraqani decía que en día del Juicio Final, Dios le preguntaría:
-¡Oh, Abdul Hassan! ¿Qué has traído de tu existencia terrestre?
Y Kharraqani precisaba que respondería así:
-Nada, Señor, nada. En mi vida pasada me has confiado un perro malvado, mi ego, y he tenido que vigilarle constantemente para impedir que me perjudicara a mí y a los demás. Me has dado una cabaña mugrienta, mi alma, y he invertido mi tiempo en limpiarla y he fracasado. ¿Qué esperabas que trajera?

Reir con Dios

Bahaudin Majrun Said

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