Espada y daga

Muy asustado en una noche oscura, mulá Nasrudin viajaba con una espada en una mano y una daga en otra. Le habían dicho que eran seguros medios de protección. En su camino se encontró con un asaltante, que le robó su asno y sus alforjas con valiosos libros. Al día siguiente, cuando se estaba lamentando de su suerte en la casa de té, alguien le preguntó.
-Pero, ¿por qué dejó que se llevara sus posesiones, mulá? ¿No tenía los medios para detenerlo?
-Si mis manos no hubieran estado ocupadas – dijo el mulá – hubiera sido otra historia.

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