La casa
Hodja estaba tratando de construir una casa. Sus amigos ya tenían casa y algunos eran carpinteros o constructores. Se alegraba de recibir sus consejos. Uno después de otro, y algunas veces todos juntos, le dijeron lo que debía hacer. El Mulá siguió obedientemente las instrucciones de cada uno. Cuando el edificio estuvo finalizado, no se parecía en nada a una casa.
-Es curioso – dijo – ¡después de todo, hice exactamente lo que todo el mundo me dijo que hiciese!