La Brújula
Unos viajeros, atravesando un desierto, se encontraron una brújula, fueron a enseñársela a Nasrudín y el preguntaron:
-¿Qué es?
Nasrudín tomó la brújula, la examinó y rompió a sollozar. Un instante más tarde dejó de llorar y se echó a reír, a reír más y más.
-¿Por qué lloras y por qué ríes? – le preguntaron los viajeros.
-Me he puesto a llorar al pensar en vuestra ignorancia – contestó Nasrudín – porque no sabéis qué es este objeto. Y entonces me he echado a reír al pensar en la mía. Porque yo tampoco lo sé.