Instrucción

Abdullah ben Yahya estaba enseñando a un visitante un manuscrito que había escrito.
-Mira – dijo el hombre –  esta palabra ha sido escrita de manera incorrecta.
Cuando el hombre se fue, se le preguntó a Abdullah:
-¿Por qué lo hiciste, considerando que la palabra “corrección” era de hecho incorrecta, y escribiste la palabra errónea en el lugar en el que la palabra original estaba correctamente escrita.
-Fue una ocasión social – dijo Abdullah –  El hombre pensó que me estaba ayudando y consideró que la expresión de su ignorancia era una indicación de su conocimiento. Yo me comporté según la cultura y la buena educación, no según la verdad, porque cuando las personas quieren buena educación y relaciones sociales, no pueden soportar la verdad. Si hubiera tenido una relación con este hombre de maestro a estudiante, las cosas hubieran sido diferentes. Sólo la gente estúpida y los pedantes imaginan que su obligación es la de instruir a todo el mundo, cuando el motivo de la gente suele ser no el buscar la instrucción, sino el atraer la atención.

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