Falso profeta
Un hombre iba de aquí para allí proclamando que era un profeta y que podía obrar milagros. Un comerciante, cansado de oírlo, lo llamó y le dijo:
-Abre esta puerta, que tiene una complicada cerradura, sin llave.
-¿Acaso he dicho que fuera cerrajero? – contestó el hombre.