Éxtais
Un hombre estaba tendido en el borde de un camino. No estaba ni herido ni muerto, sino únicamente cubierto de polvo. Un ladrón lo vio y se dijo.
-Seguro que es un ladrón que se ha dormido. La policía vendrá a buscarlo. Es mejor que desaparezca antes de que llegue.
Y se marchó. Un poco más tarde, un borracho le dio la vuelta tambaleándose:
-¡Mira lo que pasa por no aguantar la bebida! – balbuceó – ¡Que vaya bien, amigo y la próxima vez, no bebas tanto!
Llegó un sabio. Se acercó y se dijo:
-Este hombre está en éxtais, meditaré a su lado.