Enseñanza
Un faquir errante llegó a la entrada de un lugar donde se reunían derviches y le dijo a un discípulo:
-Quiero ver a tu maestro.
El discípulo entró y se lo dijo al maestro, pero sus únicas palabras fueron:
-No quiero verlo
El discípulo, nervioso transmitió la respuesta al faquir que dijo:
-Un sufí no puede, por supuesto, rehusar ver a un auténtico viajero en el Camino de la Verdad. Sin embargo, tu Maestro se niega a verme. Este rechazo me ha enseñado que todavía no soy un Buscador. Siendo cruel en apariencia, él me ha hecho el honor de darme una lección. Si hubiera sido aparentemente amable, dándome la bienvenida y adulándome, él habría ayudado a perpetuar mi ignorancia y amor propio. Sólo espero que tú, a tu vez, aprendas tanto de este gran hombre como yo lo he hecho hoy.