El mundo de la risa
El maestro estaba de un talante comunicativo y por eso sus discípulos trataron de saber las fases por las que había pasado en la búsqueda de la divinidad.
-Primero – dijo el maestro – me condujeron de la mano al País de la Acción, donde permanecí una serie de años, después fui llevado al País de la Aflicción y allí viví hasta que mi corazón quedó purificado de toda afección desordenada.
Entonces fue cuando me vi en el País del Amor, cuyas ardientes llamas consumieron cuanto quedaba en mí de egoísmo, tras lo cual accedí al País del Silencio donde se desvelaron ante mis asombrados ojos los misterios de la vida y la muerte.
-¿ Y fue ésta la fase final de tu búsqueda? -preguntaron los discípulos
-No – dijo el maestro – un día fui llevado al santuario más escondido del Templo, al corazón del propio Dios… al País de la Risa.