El más fuerte
Nasrudin va sentado en la parte trasera de una piragua que cruzaba, mal que bien, un brazo de mar. Los dos hombres que se encuentran delante reman con fuerza. Nasrudin no hace nada.
De repente estalla una violenta tempestad. Las olas sacuden peligrosamente la piragua. Los dos remeros luchan con todas sus fuerzas contra el mar, que a cada instante amenaza con hundir el frágil esquife. Se dan vuelta para echar un vistazo a Nasrudin y ven que éste, en actitud muy extraña, coge agua del mar y la vierte en la piragua. Sorprendidos gritan:
-Pero, ¿qué haces? ¿estás loco? ¡es justo lo contrario de lo que hay que hacer! ¿por qué echas agua en la piragua?
-¡Mi madre – contesta Nasrudin – siempre me ha dicho que hay que estar del lado del más fuerte!