El cántaro de vino
Un día, un idiota fue enviado con un cántaro a buscar vino a la casa de un sabio. En el camino, el idiota, a causa de su descuido, rompió el cántaro contra una roca. Cuando llegó a la casa del sabio, se presentó con el mango del cántaro, y dijo:
-Fulano de tal os envía este cántaro, pero una horrible piedra me lo robó.
Divertido y deseando poner a prueba la coherencia del hombre, el sabio preguntó:
-¿Ya que el jarro fue robado, porque me ofreces el mango?.
-No soy tan tonto como la gente pretende – dijo el idiota – y por lo tanto traje el mango para probar mi historia.