El bailarín

Los hindúes han creado una encantadora imagen para describir la relación entre Dios y su Creación. Dios «danza» su Creación. Él es su bailarín; su Creación es la danza. La danza es diferente del bailarín y sin embargo, no tiene existencia posible con independencia de Él.
No es algo que se pueda encerrar en una caja y llevárselo a casa. En el momento en que el bailarín se detiene, la danza deja de existir.
En su búsqueda de Dios, el hombre piensa, reflexiona y habla demasiado, incluso cuando contempla esta danza que llamamos Creación, está todo el tiempo pensando, hablando (consigo mismo o con los demás), reflexionando, analizando, filosofando…
Palabras, palabras, palabras… Ruido, ruido, ruido…
Guarda silencio y mira la danza. Sencillamente, mira: una estrella, una flor, una hoja marchita, un pájaro, una piedra… Cualquier fragmento de la danza sirve.
Mira, escucha, huele, toca, saborea: seguramente no tardarás en verle a él, al Bailarín en persona.

Publicaciones Similares