Depresión
Un buscador espiritual viajó a la India en su afán por encontrar y entrevistar a un verdadero iluminado. Viajó durante meses por el país, recorrió montañas, dunas, desiertos, ciudades y pueblos, recabó mucha información y, por fin, halló, según todos los testimonios, un verdadero hombre realizado. Por fin, podría llevar a cabo su ansiado encuentro. El graznido de los cuervos quebraba el silencio de una tarde apacible y dorada. El hombre realizado se hallaba bajo un frondoso rododendro, en actitud meditativa. El visitante lo saludó cortesmente, se sentó a su lado y preguntó:
-Antes de que usted hallase la realización, ¿se deprimía?
-Sí, claro, a veces – repuso tranquilamente.
El buscador hizo una segunda pregunta:
-Dígame, y ahora, después de su iluminación, ¿se deprime?
-Sí, claro, a veces, pero ya ni me importa ni me incumbe.