Cambiar de nido

Una paloma cambiaba continuamente de nido. El hedor penetrante que los nidos despedían al cabo de un tiempo le resultaba insoportable. Se quejaba de esto a una paloma sabia, vieja y de mucha experiencia.  La paloma vieja movió la cabeza varias veces y dijo:
-Con el continuo cambio de nidos, no resuelves el problema. El hedor que te molesta no viene de los nidos, sino de ti misma.

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