Bananas

Había una vez un mono que descubrió, en una conversación, que existían las bananas. Esta información estimuló su afinidad innata por las bananas y durante años soñó con el día en que podría comer una. Con el tiempo llegó a sus manos un pedazo de banana y comerla fue una experiencia sublime, tan maravillosa como lo había imaginado.
Pero, a partir de ese día fue desdichado. Llegó a la conclusión de que no volvería a tener un estímulo, una expectativa y una satisfacción como los que había dejado atrás. A causa de esta creencia suya, se hizo imposible vivir con él. Finalmente se recostó y murió.

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