Átomos
Eran dos átomos que se cruzan por la calle. Uno le dice al otro:
-Hola ¿cómo te va?
-Bueno… acabo de perder un electrón.
-¿Estarás preocupado? – dijo el otro
-¡No qué va..! Me siento completamente positivo.
Eran dos átomos que se cruzan por la calle. Uno le dice al otro:
-Hola ¿cómo te va?
-Bueno… acabo de perder un electrón.
-¿Estarás preocupado? – dijo el otro
-¡No qué va..! Me siento completamente positivo.
Un día Latif, el ladrón, cogió por sorpresa al jefe de la Guardia Real, le capturó y lo llevó a una cueva.-Voy a decirte algo, no importa cuanto lo intentes, serás incapaz de olvidar – le dijo al enfurecido oficial.Latif hizo que el prisionero se desnudase completamente. Entonces le ató, mirando para atrás, sobre un…
Un maestro decía a sus discípulos:-El labrador hace sus trabajos según la estación, el comerciante se ocupa según su ramo, el artífice según su arte, el oficial según su valor. He aquí los actos de las fuerzas humanas.Pero el labrador tiene temporadas de lluvia y sequía, el comerciante pérdidas y ganancias, el artífice éxitos y…
El Mulla calentaba miel en el fuego, cuando un amigo llego de improviso. La miel comenzó a hervir y Nasrudin invitó a su visitante, pero la miel estaba tan caliente, que el otro se quemó.-¡Haz algo! – exclamo el amigo.Entonces el Mulla tomo un abanico y lo agitó por encima de la olla…. con el…
Al Khalil Ibn Ahmad decía refiriéndose a los deberes del maestro:– Al que sabe, pero no sabe que sabe, está dormido: despiértale.– Al que no sabe, y sabe que no sabe, desea aprender: enséñale – Al que no sabe e ignora su ignorancia: recházale
Cerca de Tokio vivía un gran samurai, ya anciano, que se dedicaba a enseñar el budismo zen a los jóvenes. A pesar de su edad, corría la leyenda de que aún era capaz de derrotar a cualquier adversario.Cierta tarde, un guerrero, conocido por su total falta de escrúpulos, apareció por allí. Era famoso por utilizar…
Todas las preguntas que se suscitaron aquel día en la reunión pública estaban referidas a la vida más allá de la muerte. El maestro se limitaba a sonreír sin pronunciar una sola respuesta. Tiempo después, los discípulos le preguntaron por qué se había mostrado tan evasivo.– ¿No habéis observado que los que no saben qué hacer…