Busca tu cuento

Fruta del Cielo
Había una vez una mujer que había oído hablar de la Fruta del Cielo y la codiciaba. Entonces le preguntó a cierto derviche, a quien llamaremos Sabar: -¿Cómo puedo encontrar esta fruta, para conseguir el conocimiento de forma inmediata? -Harías mejor en estudiar conmigo – dijo el derviche – si no lo haces, tendrás que viajar con determinación y sin descanso por todo el mundo. La mujer lo abandonó y buscó a otro derviche, Arif el Sabio; y después encontró a Hakim, el Docto; luego a Majzub, el Loco; más tarde, a Alim, el Científico, y muchos más… Pasó treinta…

Revelación bajo la lluvia
Un gurú prometió a un discípulo que habría de revelarle algo mucho más importante que todo cuanto contienen las escrituras. Cuando el discípulo, impaciente, le pidió que cumpliera su promesa, el gurú le dijo:-Sal fuera, bajo la lluvia, y quédate con los brazos abiertos y la cabeza alzada al cielo.Al día siguiente, el discípulo acudió a informarle:-Seguí tu consejo y me calé hasta los huesos… me sentí un perfecto imbécil.-Bueno – dijo el gurú – para ser el primer día es toda una revelación, ¿no crees?

Cien
Después de haber saqueado una ciudad, un hombre estaba tratando de vender una valiosa alfombra, parte del botín:-¿Quién me da cien piezas de oro por esta alfombra? – gritaba el hombre por las calles del pueblo.Habiendo realizado la venta, se le aproximó al vendedor un compinche del saqueo y le preguntó:-¿Porqué no pediste más dinero por esa alfombra?El individuo le respondió:-¿Pero es que existe un número mayor que cien?

Servir
Un noble inmensamente rico decidió un buen día que debía contar entre su séquito con un rapsoda que compusiera y cantara himnos y alabanzas a su persona. Para ello, mandó contratar al mejor juglar que hubiera en todo el mundo. De regreso, los enviados contaron que, en efecto, habían hallado al mejor rapsoda del mundo, pero que éste era un hombre muy independiente que se negaba a trabajar para nadie. Pero el noble no se dio por satisfecho y decidió ir él mismo en su búsqueda.Cuando llegó a su presencia, observó al juglar que, además de ser muy independiente, se…

Suicidio
Era un sabio tan anciano que nadie de la localidad sabía su edad. Él mismo la había olvidado, entre otras razones porque había trascendido a todo apego y ambición humana. Estaba un día sentado bajo un enorme árbol con la mirada perdida en el horizonte y la mente quieta como un cielo sin nubes. De repente, vio cómo un hombre joven echaba una cuerda sobre la rama de un árbol y ataba uno de sus extremos a su cuello. El sabio se dio cuenta de las intenciones del joven, corrió hacia él y le pidió que desistiese de su propósito…

Demonio poseído
Un demonio se encontró con otro que rodaba por el suelo, gritaba y lloraba, como poseído por un dolor sin igual.-¿Cúal es tu mal? – preguntó el primer demonio.-Tengo un ángel en mí y me atormenta – dijo el otro entre quejidos.